martes, 8 de diciembre de 2009

Carta Para el Rey, Hasta Pronto.


Debajo de las estrellas claras de esta noche, mis esperanzas parecen hundirse, es cuando veo tu rostro, cada paso que doy de ahora en adelante, cada respiro que de, cada palpitar de mi corazón es en devoción a ti, porque amar a través de la distancia puede ser doloroso, pero llegar al día en que ya no existes es más devastador, recordando aquellas charlas tan enriquecedoras, aquellas donde mis piernas temblaban al saber de ti, al oír tu voz, al sentirte al lado izquierdo de mi cama, ahora se que estarás para mi, ahora se que estas feliz, ahora mis lágrimas llenan el vacío de amor, porque al caminar descalzo siento el frió de mi camino, el camino donde a tu lado voy, el camino en donde tomas mi mano y abrazas mis miedos, para convertirlos en futuros prometedores.


Susurras a mi mente, aquello tan mágico que me regalaste, esas ganas de seguir y ese don que tengo para amar, esperándote en la penumbra de los días de invierno, esperándote a que abraces mis anhelos, sé que en la distancia de las mañanas abrirás cada centímetro del cielo, para que el Sol ilumine mis ojos y el mechón de pelo que cuelga en mi frente.


El tiempo podría ser cruel, pero el destino se enfrenta a el, procurando no lastimarnos, pronto estaré pisando la arena que tal vez pisaste, pronto estaré de frente a la puesta de Sol que seguramente apreciaste, pronto te veré en mis sueños, pronto llevaré conmigo la felicidad que me prometiste, guardaré tu voz solo para mi, y guardaras mi alma sólo para ti y para que Dios sienta mi arrepentimiento.


Como en una historia que te conté una vez, donde viviremos felices para siempre, como en aquel cuento que te prometí, seras la fuente de mi inspiración como siempre lo fuiste, afrontar tu partida es doloroso, y llorar me hace sentir vivo, seré feliz pues así lo quisiste, te llevaré en mi corazón como aquel dige de estrella que cuelga en mi cuello, te compartiré mis triunfos, sólo recuerda que aún te debo oler, recuerda que aún hay un abrazo pendiente, y el beso nocturno que me lleve a los confines del universo, ese que me despierte y me derrumbe a la vez, porque para todos serás aquel, pero para mi eres el Rey.

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